lunes, 5 de septiembre de 2011

Batalla 5: Megaraptor vs Amargasaurus

Esta batalla me la pidieron hace tiempo.






El Megaraptor en un principio era conocido sólo por una gran garra curva de 42 cm de largo. La similitud de esta garra con las de los dromeosáuridos, llevó a los científicos a pensar que podría ser un dromeosáurido gigante y fue retratado como un raptor de hasta 10 m de largo y una tonelada de peso, siendo así el mayor deinonicosaurio que haya existido; con ese mismo patrón se creyó que también era rápido y capaz de dar grandes saltos (no tanto como los ráptores pequeños), además de comportamiento social que les permitiría abatir a grandes saurópodos de Sudamérica. Pero un descubrimiento reciente y más completo, revela que era el doble de corpulento, y una mano completa, muestra que la gran garra pertenecía al pulgar de esta y no al del pie; desde entonces, se pensó que podía ser: espinosáurido, carcharodontosáurido o allosáurido. En la actualidad ese debate a concluído, gracias a un neovenatórido australiano conocido como Australovenator; este también tiene garras curvas en las manos y la similitud anatómica con el Megaraptor, llevó a clasificar a este último como neovenatórido. Se cree que vivía en pequeños grupos familiares y cazaría presas de tamaño mediano a grande (incluso saurópodos), usando sus mortíferas garras y dientes afilados; con su nueva represantacíon, su velocidad máxima se ha reducido, pero seguía siendo un ágil y peligroso depredador.
El Amargasaurus era un saurópodo dicraeosáurido de principios del Cretácico que vivió en Sudamérica. Este dinosaurio era pequeño para ser un saurópodo, siendo más o menos tan grande como un elefante africano; pero su rasgo más distintivo son sus espinas: una hilera de espinas que recorría su cuerpo hasta media cola y en el cuello desembocaba en dos hileras que llegaban casi hasta su cabeza; se cree que esas espinas estaban unidas por una membrana de piel formando una vela, como la del Spinosaurus; las espinas más largas se encontraban en su cuello, estas sobresalían de la vela y formaban púas defensivas (de hasta un metro algunas) que junto a su fuerte cola de látigo, constituían sus defensas principales. Vivían en pequeñas manadas que, como todos los saurópodos, andaban en continuo desplazamiento en busca de comida.
Ahora vienen las características de nuestros luchadores:


Megaraptor (depredador):




Tamaño: 8-10 m de longitud. 2-2,5 m de altura. 1,5-2 t de peso.
Ventajas: dientes afilados, garras muy afiladas (sobre todo la del pulgar), gran velocidad, inteligente.
Desventajas: constitución liviana.


Amargasaurus (presa):




Tamaño: 10 m de longitud. 4 m de altura. 8 t de peso.
Ventajas: púas muy afiladas, cola muy fuerte, gran fuerza física debido a su corpulencia, buen oido.
Desventajas: gran lentitud.


La batalla:




Nos encontramos en Chile, hace 90 millones de años a mediados del período Cretácico. Una manada de Amargasaurus recorre un bosque que les llevará hasta su zona de nidada habitual, ya que es la época de cría para los saurópodos. Pero el bosque esconde acompañantes no deseados, hay una hembra de Megaraptor acechando en la espesura; lleva un rato vigilando a la manada en busca de rezagados, y ya ha elegido a su presa: un viejo macho Amargasaurus que va a la cola de la manada y está empezando a quedarse atrás. Pero que sea viejo no significa que esté indefenso, ya que dispone de armas con las que puede librarse de nuestra Megaraptor en segundos; para tener éxito deberá ejecutar su ataque del siguiente modo:

- Acecho: ante todo evitar que el viejo Amargasaurus se ponga en guardia, para eso debe rodear a la manada hasta llegar a ponerse detrás de él, siempre tras la espesura del bosque (si ataca de frente o por los lados, corre el riesgo de que le clave las espinas del cuello, con las que puede herirla de muerte), y después deberá seguir sus pasos sigilosamente y a una cierta distancia.
- Emboscada: debe asegurarse de que su presa no le oiga antes de lanzarse a la carrera, ya que si el Amargasaurus oye sus pisadas, puede preparar su cola para defender su retaguardia (cola con la que podía romper el cuello de un Megaraptor); cuando llegue el momento deberá ir acelerando hasta que llegue a una distancia desde la que pueda ser oída, entonces deberá sprintar a la máxima velocidad para colocarse al lado de su presa antes de que esta pueda reaccionar, para embestirle con todas sus fuerzas y tumbarlo en el suelo.
- Matanza: el impacto con el suelo habrá debilitado al viejo saurópodo, de forma que la Megaraptor sólo tendrá que clavar sus mortíferas garras en el vientre y los costados del maltrecho animal hasta que se desangre.


Hecho esto, el viaje del viejo Amargasaurus habrá terminado entre las garras de nuestra Megaraptor. Y eso ha sido todo por hoy, la siguiente batalla será Sarcosuchus vs Suchomimus y en la próxima entrada habrá una sorpresa especial.

2 comentarios:

leo "el explorador del tiempo" dijo...

wow, que buena batalla, tengo que decirte algo, el amargasaurustenía tanto una vela como espinas, en la base cerca del cuello estaba la vela para sostener las espinas, y estas sobresalían para clavárselas a depredadores como el megaraptor o el temible tyrannotitan de chubut, cuando viajé a la argentina de hace 100 millones de años, vi que el amargasaurus se defendía bajando la cabeza y mostrando las espinas al depredador para clavárselas, te la contaré un día, y un día te llevaré a la prehistoria para que veas batallas prehistóricas reales y veas lo que yo vi, pero será el día que el mundo se acabe, retrocederé unos días antes del fin del mundo y te llevaré

Anónimo dijo...

El megaraptor no tenía también la garra en hoz? Saquenme la duda